FLASH GORDON. 1934-1939/ PÁGINAS DOMINICALES
Autor: ALEX RAYMOND
ISBN: 8467427027
Género: Cómics, Novela Gráfica
Editorial: PLANETA DE AGOSTINI
Fecha de edición: 2006
Número de páginas: 304
Sinopsis:
No es casualidad que la primera estapa de este clásico de la prensa norteamericana sea conocida como "el Flash Gordon de Alex Raymond". Con su elegante trazo y esmerada composición, este extraordinario dibujante norteamericano convertiría a FLASH GORDON en un cómic de referencia, tanto para los lectores como para muchos profesionales de la historieta. En este primer tomo, Raymond despliega su capacidad para crear entornos fantásticos y figuras de gran impacto visual y relata la epopeya de Flash Gordon, Dalen Arden y el Dr. Zarko en su llegada al planeta Mongo.
Recuperando el espíritu de la aventura exótica, mezclada con géneros como la fantasía y la ciencia-ficción, Raymond diseña recargadas y estilizadas ciudades y mundos primitivos donde gobierna la naturaleza salvaje. Al mismo tiempo, el trío protagonista se cruzará con hombres-halcón u hombres-león y se enfrentará al cruel Ming, el despótico tirano de Mongo.
Jareth: UN CLÁSICO ENTRE LOS CLÁSICOS
Acabo de leer el primer volumen de la excelente reedición, por parte de Planeta de Agostini, de las páginas dominicales del Flash Gordon de Alex Raymond y estoy extasiado. Todo un hallazgo para mí después de que se publicará por vez primera hace unos 70 años.
Todo el mundo, más o menos, ni que sea por el cine, los dibujos, o de oídas, tiene una ligera idea de quien es Flash Gordon pero pienso que son muchos los que no conocen la obra original de este personaje y de su talentoso creador, Alex Raymond. Después de haberlo degustado personalmente, no puedo decir más que me parece una pena. Ahora puedo entender el por qué se le considera uno de los grandes clásicos del cómic de todos los tiempos y a su autor, Alex Raymond, uno de los dibujantes más influyentes del cómic, como Hal Foster u otros.
Pero que nadie se lleve a engaño. Flash Gordon es una obra que peca de la inocencia e ingenuidad, de la simpleza, de un género floreciente, la space-opera, de la que fue pionera y probablemente uno de sus máximos exponentes. Sus personajes (como en Star Wars otro de sus hitos, en este caso cinematográficos) son puros y bastante invariables, con alguna rara excepción como la maravillosa y sensual Aura. Flash no deja de ser el héroe comprometido, valiente, triunfante, que es capaz de tropezar varias veces con la misma piedra por fidelidad a sus ideales sin que estos se vean cuestionados (por ejemplo, lo traicionan varias personas, después de que los salve de la muerte, y aún así sigue salvándolos a todos y cada uno sin excepción, bueno o malo, aunque se vea que lo volverán a tracionar). Dale Arden es su compañera sufridora, celosa, temerosa, pero capaz de las acciones más valientes por salvar a su amado. Y así el resto de personajes, siendo quizás la más interesante, como decía, Aura, que pasa de ser una joven perversa, manipuladora, caprichosa, y con un fuerte componente sexual, a una entregada y fiel esposa, por obra de la influencia de Flash y sus amigos, y por su progresiva separación de su padre el despiadado Ming. De hecho, Aura es la exposición en personaje de la idea de que las personas no son malas ni buenas de por sí, si no que los modelos de conducta que los envuelven son determinantes en la configuración de su propio carácter (primero Ming, luego Flash y Barin).
El cómic tiene un ritmo vertiginoso donde no paran de sucederse aventuras y peligros sin respiro, de los que uno está seguro que Flash acabará saliendo victorioso, pero donde lo que le importa es ver y disfrutar de cómo lo hará. Las tramas son poco elaboradas pero entretenidas. Básicamente este aspecto viene determinado por su tipo de publicación, ya que el hecho de que semanalmente se publicara una página obligaba a que en cada de una de ellas hubiera suficiente acción y atractivos como para hacerla interesante por si sóla. Por otro lado, la historia no podía ser excesivamente difícil de seguir por si alguien se perdía alguna entrega o se sumaba in media res a la serie. De hecho cada página viene encabezada con un pequeño resumen para re-situar al lector.
Hasta aquí los más objetable, porque lo demás me ha parecido fantástico.
El dibujo de Raymond es prodigioso. Es una gozada ver su evolución hasta llegar a unas cotas de excelencia y realismo destacadas. Su dominio de las formas anatómicas, de los encuadres, el movimiento, etc. El diseño de sus criaturas, de los escenarios, las naves, la maquinaria, el vestuario de los personajes ( rastreable su influencia en el personaje del Robin de Bob Kane o en la versión de Robin de los Bosques de Michael Curtiz), sus peinados, etc. Unos diseños que, aunque rompedores y sofisticados en su época, hoy día tienen un toque marcadamente retro y operístico. No obstante, eso no tiene porque ser un impedimento, que la convierta en una obra actualmente sólo apta para nostálgicos. Yo, por ejemplo, no había leído nada de Flash Gordon y me ha fascinado visualmente. Además, ese toque retro lo hace aún más exótico y fantástico a los ojos de un lector de hoy. Sorprende, también para la época, el toque decididamente sexual de muchas de sus ilustraciones, donde aparecen unas mujeres preciosas y esbeltas con más bien poca ropa o cuanto menos un vestuario muy sugerente. Sin duda, era un género no ideado para un público juvenil si no cuanto menos adolescente o adulto, diría yo, pese a lo simple de sus planteamientos. No se debe olvidar que el cómic al fin y al cabo nació como un fenómeno marcadamente popular, de masas, como el cine. Aún habría de pasar tiempo para que llegara a una mayor densidad argumental y significativa, pero no por ello son despreciables sus inicios si no todo lo contrario.
Casos como el de FLASH GORDON de Alex Raymond merecen ser rescatados y recuperados, como lo que son: obras pioneras, enormemente influyentes, fruto de autores de enorme talento. Pero no sólo por eso, si no porque al menos yo, y confió que otros, se lo pasarán como enanos con las andanzas de Flash y sus amigos en el peligroso y fascinante mundo de Mongo.
Mi valoración: 9 (sobre 10)
Mi valoración: 9 (sobre 10)
Yo el comic no me lo he leido , pero la peli la recuerdo con mucho cariño de mi infancia.
ResponderEliminarYo también, Luis. De hecho, es una película que tengo en mi colección y que he vuelto a ver varias veces a lo largo de los años. Es una película algo "kitsch", con un toque cutre, pero que sin embargo desprende encanto y buen entretenimiento, que es mucho más de lo que consiguen otras películas del género con muchísimos más medios.
ResponderEliminarLos créditos iniciales además me encantan. Suena la música de "Queen" para la película y se intercalan imágenes del cómic. Como no, las imágenes seleccionadas, son del gran Alex Raymond.
Saludos desde dentro del laberinto.