lunes, 24 de diciembre de 2012

¡ FELIZ NAVIDAD Y FELICES FIESTAS !



¡ Saludos a todos, una vez más, desde dentro del laberinto ! Mis goblins y yo no queríamos dejar pasar unas fechas tan señaladas para agradeceros vuestras visitas, comentarios y compañía a lo largo ya de casi un año y que, en definitiva, son la razón de ser de esta encrucijada virtual de aficionados a los cómics y libros que es nuestro hogar. Un hogar que esperemos  sigáis frecuentando y que cada vez más sintáis también como vuestro. 

Muchas gracias, amigos. De veras que sin vosotros no tendría sentido ir reseñando obras de tanto en tanto. Mis goblins y yo os deseamos unas felices fiestas en compañía vuestros seres queridos y, por supuesto, que el año que viene os sea generoso en alegrías y lecturas. Porque sí, porque os lo merecéis. Palabra de rey goblin. 

Un abrazo desde lo más profundo del laberinto.








...y como sé que los discursos navideños no son lo mio os dejo en compañía de otro rey. No, no es el que alguno estaréis pensando sino Jack Skellington, el siempre cavilante y festivo rey de Helloween. Él tiene mucha más gracia para estas cosas que yo y si no ved como fue su primer encuentro con la Navidad... 



viernes, 21 de diciembre de 2012

"LA HISTORIA DE ZAGOR" de Guido Nolitta y Gallieno Ferri


Título original: Zagor 55 y 56
ISBN: 9788415225454
Editorial: ALETA EDICIONES
Fecha de edición: 2012
Número de páginas: 176


Jareth: LA VUELTA Y ORIGEN DE ZAGOR

Es un hecho que desde siempre me ha gustado el género del western en el cine aunque nunca me he decantado por él en el terreno del cómic, con la peculiar salvedad de Lucky Luke. Consciente del sinsentido de perseverar en esa inexcusable laguna, y temiendo estar perdiéndome grandes obras,  me he hecho con algunos clásicos del género que poco a poco intentaré ir leyendo ( si puedo también reseñando ). 

Mi bautismo, en este sentido,   no ha podido ser mejor ya que ha venido de la mano de Jean Giraud y Jean Michel Charlier con su magnífico "Blueberry"; serie que me ha ganado desde el primer momento,  de la que llevo leídos ya cuatro números, y que tengo claro  le voy a dar continuidad a galope tendido dada la prodigiosa calidad que atesora en cada entrega. Otras de mis adquisiciones, aún pendientes de leer, han sido la "Primera época del Sargento Kirk" de Pratt y Oesterheld, editada por Norma, la obra completa de "Jalisco" de José González, editada por EDT en un solo volúmen,  y el volumen 4 de "Lance" de Warren Tufts, editado por Libri Impress. Y entre estos, se ha colado para mí grata sorpresa "La historia de Zagor" de Aleta Ediciones. 



Cuando "La historia de Zagor" llegó a mis manos poco sabía yo del personaje, pese a que en Italia tuviera  una sólida e ininterrumpida andadura desde 1961, año de su primera aparición. Supongo que mi desconocimiento venía en parte dado por su mucho más remota y escasa difusión en España, que se remonta a los 77 números de la editorial Buru lan publicados en los años 70 y a los 17 números editados por Zinco en los 80.  De hecho, visualmente conocía al personaje por la colección de Zinco, como muchos que pese a ello nunca dieron una oportunidad al personaje. Pero bueno, para salvar esas eventualidades afortunadamente existen reediciones como la que nos ocupa, que rescatan del pasado a personajes que nunca debieron irse. 




Seguro que muchos de los que estáis leyendo esta entrada, y que como yo apenas conocíais al personaje, o directamente no lo conocéis en absoluto,  os estaréis preguntando: pero ¿ de qué va Zagor ? ¿ a qué todo el rollo este del western ? 

Pues bien, el rollo viene a que pese a que no se pueda clasificar a Zagor estrictamente como western su principal referencia histórica y visual son los Estados Unidos de la primera mitad del s. XIX,  una época en que pioneros y colonos  buscaban nuevas tierras en las que establecerse.  Y el motivo por el cual no se puede situar Zagor en unos estrictos parámetros del género western es  porque, según he podido saber, la serie reúne elementos más propios de otros géneros como  el terror, en su acepción sobrenatural, la fantasía e, incluso, la ciencia ficción. No obstante, esta historia de Zagor que corresponde a los números 55 y 56 de la colección italiana transpiran pura y estrictamente western por todos y cada uno de sus poros. No hay en ella ni rastro de referencias a esos géneros, supongo que por  deseo de los autores de dar unos orígenes realistas al personaje. 



"La historia de Zagor" da comienzo con éste  regresando de cazar, con un ciervo como pieza, a su cabaña en el mítico bosque de Darkwood. Allí, esperándole, se encuentra su amigo, el méxicano Cico, que, en su intento de encender una hoguera para asar el venado, protagonizará una divertida escena. Ya  desde el inicio queda sencilla pero perfectamente definidos los roles del dúo protagonista, tal y como acostumbran estos clásicos. Zagor es el apuesto, capaz, y aguerrido héroe mientras que Cico es su fiel y regordete amigo, a cargo del cual recaen los necesarios puntos de humor de la serie. 

Al poco de llegar Zagor, una tormenta, que durará unos días, cae sobre ellos  viéndose obligados a guarecerse en su cabaña, momento que Cisco aprovecha para limpiar, y que culmina con el hallazgo de un retrato de los padres de Zagor.  El guionista, Nolitta,  utiliza este hallazgo para detonar un extenso y confidencial flash-back en el que Zagor se sincerará con su amigo y le contará sus  orígenes. Es así como, a través de la visualización de la narración de Zagor a Cisco, los lectores descubrimos el terrible pasado del protagonista, su verdadero nombre y origen, el por qué de su ansia justiciera, y el sentido de su estrafalario atuendo y nombre, que lo asemeja a un héroe de opereta.  


Zagor, cuyo nombre completo es Za-gor-te-nay, que significa "el espíritu del hacha" en una de las lenguas indias, es un joven blanco, dedicado en cuerpo y alma a luchar contra las injusticias vengan de quiénes vengan. Esa es una de las características más destacadas del personaje, su abierto alegato interracial, su desafío a los prejuicios, sobretodo si son raciales. En Zagor,  el mal, así como  el bien, se reparte indistintamente entre indios y blancos.  En ese sentido, la serie se encuentra alineada con muchas películas del Oeste de la época, donde se rompía con los arquetipos anteriores en una muestra de revisionismo en pos de la madurez. 



Madurez, precisamente, es lo que irá adquiriendo a base de mazazos emocionales el joven Patrick Wilding, a lo largo de este tebeo. Unos mazazos que, en forma de traumáticas experiencias,  lo irán esculpiendo hasta convertirse en Zagor, el espíritu del bosque temido y respetado por los indios de la región. En ese sentido Zagor, sin despreciar sus señas de obra de género, se mueve en unos terrenos morales más interesantes de lo habitual, donde nada es enteramente blanco ni negro  sino sencillamente humano. Eso no significa que Zagor sea un panfleto moralista, ni mucho menos, si no que estas cuestiones se encuentran perfectamente engarzadas a través de los personajes en una historia dramática, repleta de  acción y francamente entretenida, pese a no parecer muy original. 



Otro rasgo significativo del cómic, que me ha gustado particularmente, es su proximidad a las ideas de Thoreau y su "Walden". Estas aparecen sobretodo personificadas en la imagen de Wandering Fitzy, el mentor de Zagor, una especie de vagabundo solitario que, en su búsqueda de libertad y realización,  rehuye  la vida en sociedad y cualquier símbolo de industrialización ( no lleva armas de fuego sino un hacha). Es  algo así como una especie de filósofo autosuficiente y aventurero que visualmente me recuerda mucho al Jeremiah Johnson de Sidney Pollack, aunque sea anterior. La suya es una vida en armonía con el entorno, con la Naturaleza, que hoy tildaríamos de profundo ecologismo. 

Parte de ese espíritu acaba calando en Zagor, su pupilo y amigo, en varios sentidos, pese a que éste último difícilmente se verá demasiado tiempo lejos del contacto con otros hombres... para fortuna nuestra. 

Zagor, pese a su buena voluntad, se mueve, al menos en este volumen, en terrenos emocional y moralmente más pantanosos que los de su venerado Fitzy. Sin duda deberá  recorrer un largo camino para alcanzar la serenidad de espíritu de su referente.  Algo de esa diferencia de Zagor respecto a Fitzy se trasluce en sus armas. Mientras que Fitzy únicamente utiliza el hacha, símbolo de ese retorno a los orígenes, Zagor lleva hacha y revolver.  En todo el álbum si no recuerdo mal no lo usa, pero lo lleva. De esta forma podríamos trazar una analogía visual, o armamentística,  de esa fusión, que se da en la persona de Zagor, de rasgos indios y blancos. 



"La historia de Zagor" no es ni mucho menos un cómic complaciente. En él hay situaciones terribles, con mucha violencia en varios sentidos, pero en contrapartida también se ofrece la otra cara de la moneda, una puerta para la tolerancia, el respeto y la integridad. A través de su  protagonista, comprobamos la fuerza y perseverancia que otorga el espíritu de la venganza, pero también saboreamos su reverso más oscuro y amargo. 

Otra de las referencias más evidentes que he encontrado en Zagor es, sin duda, Tarzán. No sólo se le parece físicamente ( véase su rostro, un moreno de rasgos angulosos), si no también en el hecho de que ambos se han criado y viven en plena naturaleza (allí una selva, aquí un frondoso bosque pantanoso) , en que se desplazan por los arboles, y que son temidos y respetados por los nativos del lugar como si fueran seres o espíritus sobrehumanos  ( tribus indias aquí, tribus africanas allí ). Cuando supe que algunas de sus aventuras tienen elementos de ciencia-ficción no tarde mucho en asociarlo con el concepto de ofrecer una lograda fusión de Tarzán y Flash Gordon para aquellos lectores más amantes de lo ecléctico. 



Me ha gustado mucho también lo bien que está explicado y justificado el nombre y apariencia del protagonista.

En la mejor tradición del cómic de super-héroes, el joven Wilding, en un encuentro con un grupo de artistas,  toma consciencia de la importancia de convertirse en un personaje-icono  para conseguir ventajas en su lucha contra la injusticia. Todo está contando con mucha naturalidad y coherencia de forma que supone una loable justificación del extraño nombre y atuendo del personaje. Teniendo en cuenta lo poco propenso que era el western a este tipo de experimentos resulta destacado la dignidad del resultado final.



El guión a cargo de Guido Nolitta, nombre  tras el que se esconde en realidad el editor de la serie Sergio Bonelli, me ha parecido en líneas generales un guión solvente, sólido y bien escrito. Destaca su sobria calidad estilística, de corte clásico, en muchos de sus diálogos y textos de apoyo. El ritmo, como es exigible a este tipo de obras, no desfallece y arrastra al lector a concluir la lectura de un tirón hasta la última de sus páginas. 

En lo referente al dibujo Gallieno Ferri me ha parecido un dibujante muy competente y apreciable.  Su buen hacer me  recuerda a muchos clásicos, de estilo realista, de la viñeta española como, por ejemplo,  Ambrós. Su dominio de las sombras en las escenas nocturnas o a la luz del fuego me encantado, así como sus primeros planos y el grado de detallismo de muchas de sus viñetas.  No obstante, si hay que ponerle un pero es a algunas escenas de lucha donde la postura del personaje, ya sea lanzando un hacha o disparando, no está del todo conseguida y resulta algo artificiosa. 



El cómic esta editado en tapa dura y cuenta con un prólogo de una página a cargo de Norman Fernández que se titula "Sergio Bonelli, Guido Nolitta y el rey de Darkwood". Las páginas interiores están en un sobrio blanco y negro  que para mi gusto es preferible a las versiones coloreadas de otros países. 

No dudo que habrá quiénes cuestionen el por qué Aleta Ediciones no ha empezado publicando la colección desde el primer número, haciéndolo por el 55. Supongo que lo que les ha decidido es que este número, para el que los aficionados a Zagor italianos tuvieron que esperar muchos años, explica por primera vez el origen del personaje.  También les habrá decidido la madurez ya alcanzada por la serie y sus autores. Sinceramente pienso que no ha sido una mala opción. A mí, al menos, me ha servido para iniciarme con buen pie en su conocimiento, hasta el punto de que no negaré que me he quedado con más ganas de Zagor.

Después de lo leído,  entiendo que hubiera lectores que clamaran por su vuelta al panorama editorial nacional. Ojala esta iniciativa de recuperación fructifique y sigamos viendo publicadas más aventuras de Zagor en una edición de estas características. Ahora que he catado su tono más "verosímil", más en las coordenadas del western, me muero de ganas por probar sus otros sabores. No sé si el Zagor más cercano al terror sobrenatural, la fantasía o la ciencia-ficción me agradará porque no lo he leído, pero viendo la notable labor exhibida en éste me sorprendería que no fuera así. 

Mi valoración: 7 ( sobre 10 )



Como ya viene siendo habitual en el blog os dejo un vídeo relacionado con el cómic comentado. Para la ocasión es un vídeo donde se puede apreciar  cómo Gallieno Ferri trabaja algunas viñetas de su Zagor. Espero que os interese y, sobretodo, que lo disfrutéis.



lunes, 10 de diciembre de 2012

"CAMILA, PEQUEÑA BESTIA PARDA" de Álex Fito



ISBN: 9788499474342
Editorial: EDITORES DE TEBEOS ( EDT )
Fecha de edición: 2012
Número de páginas: 96


Jareth: ¡ TEMIBLE NIÑA !...NO DEJA TÍTERE CON CABEZA

Hace mucho tiempo que vengo proyectando dedicar una entrada a mi cómic favorito "Calvin y Hobbes", pero por una razón u otra nunca acabo haciéndolo. Supongo que me impone demasiado respeto hablar de dos personajes que me han dado tantas y tantas horas de diversión, risas, ternura, complicidad y yo que sé cuantas cosas más. Desgraciadamente su creador Bill Watterson puso fin a sus tiras de prensa y ahora no me queda más que releerlas una y otra vez hasta desgastar sus páginas de tanto pasarlas, lo cual sigue siendo una placentera experiencia que nunca falla. Diría que en un día triste o gris no hay nada como leer  "Calvin y Hobbes" si no fuera porque cualquier día es idóneo para leer las historias de este par de simpáticos pilluelos. 




Dejando al margen a "Calvin y Hobbes", pero siguiendo con el formato de tiras de prensa, este año llegó por casualidad a mis manos el tebeo que nos ocupa hoy, "Camila", un volumen de forma apaisada, magníficamente editado por EDT,  que recoge las tiras  que su autor, Álex Fito, dedicó  al personaje en el diario mallorquín Última hora. Aunque Camila nació como personaje en las últimas páginas de la mítica revista "El Víbora",  Álex Fito en el 2010 recuperó el personaje cuando desde este diario balear le pidieron que creara para ellos una tira de sátira social. Parece que Fito vio en ello una fantástica oportunidad para hablar con humor, ingenio, y acidez, de la entonces  incipiente crisis económica y de la vida actual en general. Todo ello desde   una perspectiva  familiar y cotidiana que juega con el reconocimiento por parte del lector de algunos aspectos. 


Álex Fito en la presentación de su cómic

¿Pero quién es Camila ? Pues bien Camila es una niña de unos seis años que parece tener por objetivo vital hacer la vida imposible a sus padres y a quienes le rodean. De hecho, ni siquiera sus abuelos quieren "gozar" de su compañía. Y es que Camila, ya sea en forma de  acción o de afilada observación, rezuma mala leche por todos los lados en cada una de sus apariciones.  Esta es una de sus diferencias esenciales respecto a sus antecesores/as. Camila es unidimensional. Mientras que otros personajes de tira de prensa más célebres destacan por su compleja  caracterización y cosmos personal, por su abundancia de registros o tonos, ella se caracteriza exclusivamente por esa mala uva  que sólo le divierte a ella y, por supuesto, al lector. En Camila no hay ternura, melancolía, complicidad, ni ningún tipo de sentimiento que mueva al afecto y la identificación más allá del disfrute compartido de su humor gamberro y contundente. En este sentido Álex Fito se ha mostrado menos ambicioso que sus "maestros de escuela". Más restrictivo si se quiere. No obstante ha sabido sacar partido de ello ofreciendo un producto muy sólido, que en ningún momento defrauda.




Al abrir las primeras páginas de este volumen la sorpresa no puede ser más grata al topar con un simpático homenaje a algunos clásicos  como "Peanuts", "Mafalda" y, como no, "Calvin y Hobbes", que finaliza con una disertación del autor en boca Camila donde justifica la necesidad de su creación a la luz de estos clásicos. "Los clásicos...¡ Ellos ya lo han dicho todo ! ¿Por qué debería salir otra niña a opinar sobre lo que pasa por ahí hoy en día ?, mmm...supongo que el hecho de haber cambiado de siglo, el hecho de haber una crisis económica mundial brutal, y el hecho de haber un paro y unos recortes que pasarán a la historia podrían justificarlo..." dice Camila, para acabar con una conclusión-gag que la define, tanto como a  la serie, a la perfección. 




De esta forma Fito rinde homenaje a sus maestros y proclama los pasos que con su personaje va a seguir. Un camino que pasa por hacer bandera de un humor sarcástico, mordaz y crudo que, a base de risas, alumbra muchos aspectos hirientes de nuestra sociedad, de nuestra actualidad y cotidianidad más inmediata.  El paro, la corrupción, el cambio generacional, la crisis de valores, las nuevas tecnologías, las relaciones familiares, ...todo tiene cabida en las viñetas de esta brutal y desconsiderada niña. 




A menudo las tiras de prensa tienen un inconveniente y es la desigualdad entre sus tiras. Está claro que siempre habrá unas más graciosas y brillantes que otras, y que el artista no estará siempre igual de inspirado. Les pasa incluso a los más grandes. Sin embargo, he de decir que el nivel medio de las tiras de Camila es muy bueno. Rara vez se lee alguna que no despierte ni que sea una sonrisa. No sé si es que son fruto de una buena selección o es que Álex Fito acostumbra a ese nivel siempre. Pero da igual,  lo que importa es que todas las tiras contenidas en este volumen tienen su gracia y no es poca.

En cuanto al dibujo,  pese a no tener la riqueza ni encanto  de los grandes del género , es cumplidor y eficiente en su tarea de acompañar  y apuntalar a los textos. Además, Fito opta por un sobrio bitono cromático que acaba de redondear la cuidada factura visual del álbum.




En definitiva, "Camila" es una tira de prensa muy recomendable. Leyéndola se pasan momentos fráncamente divertidos y cuenta con la ventaja, intrínseca a su formato, de que puedes leerla al ritmo y con la espaciosidad que quieras al tratarse en muchos casos de gags sin apenas continuidad, que acostumbran a  resolverse en 3 o 4 viñetas. Claro está hay excepciones donde la continuidad se da de la forma habitual  en este tipo de cómics.  

Espero que pronto tengamos otro volumen de las correrías de esta pequeña hija de nuestros tiempos con el que poder reírnos  acerca de la realidad sin tener que olvidarla. Viendo los tiempos que corren,  por material de actualidad sobre el que trabajar  no será (sic).

Mi valoración: 6'75 ( sobre 10 )


*No quisiera acabar esta entrada sin recomendaros el estupendo blog dedicado al personaje por su autor.  Blog en el que podréis leer y disfrutar de un buen número de tiras de esta pequeña bestia parda. Tampoco dejar pasar la ocasión para enlazaros con el video promocional del tebeo. 

http://camilaparda.blogspot.com.es/




martes, 4 de diciembre de 2012

"ISAAC EL PIRATA" de Christophe Blain




Jareth: TEMIDA CALMA CHICHA


La "calma chicha" es un término marinero con el que se hace referencia a esa desesperante situación en que el mar parece una impávida balsa de agua donde no sopla ni una brizna de viento. Como imaginaréis en los tiempos de la navegación a vela su aparición era temida ya que dejaba al barco completamente estancado, sin posibilidad de navegar. Una situación que, de perpetuarse demasiado, suponía un peligro para los tripulantes.  

En una situación parecida, por no decir idéntica, se encuentra la serie de Christophe Blain "Isaac el Pirata". Una serie que inició su andadura desde Francia en 2001 con el álbum "1.Las Américas"; álbum que al año  siguiente obtendría el prestigioso premio Alpha Art al mejor Álbum en el Festival de Angoulême. La verdad es que la botadura de este proyecto no podía ser más prometedora y la serie continuó con más entregas hasta un total  de cinco. Estas son: "2. Los hielos" (2001), "3. Olga" (2002), "4. La capital" (2004) y "5. Jacques" (2005)". El problema, como enseguida ya habréis apreciado, es que está estupenda serie está en un punto muerto que ya dura demasiado. Y, desgraciadamente, no parece soplar ni una leve brisa desde el país vecino que haga suponer que la serie volverá a surcar los mares hasta llegar a puerto.



Aunque era conocedor de esta insalvable contrariedad, el mes pasado, me lancé a la adquisición y lectura de los cinco álbums animado por las excelentes valoraciones que había visto en la blogosfera sobre ellos. También tuvo mucho que ver mi afición por los cómics, películas y novelas de aventuras. Vamos  que, aunque sabía que Isaac me dejaría en la estacada, pensé que  aún así me merecía la pena conocer y disfrutar sus aventuras. 

Una vez leídos los cinco albúms mis pronósticos se han cumplido. He disfrutado mucho leyendo esta magnífica serie y ahora me encuentro, como todos los que la han leído, en un limbo que no parece vaya a desaparecer. Al menos de momento. Y es que Christophe Blain parece estar muy ocupado en otros menesteres como para dar las últimas puntadas de conclusión. Un agravio para sus fieles lectores que espero sea reparado algún día. 



Como antes decía, mucho se ha escrito de esta serie en la blogosfera a tenor de su calidad. Como no tengo por objeto repetir todo lo dicho explicaré como ha ido calando la serie en mí y cuales han sido las impresiones que me ha causado a medida que he ido avanzado en su lectura. 

La primera vez que leí "1. Las Américas" me embargo cierta sensación de desilusión. Había leído tantas encendidas excelencias de este cómic que me quedé algo frío al acabarlo, incluso habiéndome gustado. 

Pienso que el principal motivo para ello fue que todo y estar inscrito con todas las letras en el cómic de género, "Isaac el pirata" es una serie con un tratamiento bastante singular. Por un lado el guión no es en absoluto típico, pese a reunir muchos de los elementos y escenas clásicas de este tipo de relatos, y por el otro, el dibujo de Blain no es de aquellos que seduce desde el primer momento. La cosa cambió progresivamente con una segunda lectura y a medida que fui leyendo las siguientes entregas. El segundo álbum me gustó bastante más que el primero y con el tercero ya era un adicto a la serie.



La historia comienza con un risueño Isaac  caminando y cantando alegremente por las desiertas calles de su ciudad al anochecer. Se dirige hacia su humilde casa. Allí le espera su pareja, la bella e inteligente Alice. Isaac descarga sobre la mesa el zurrón que lleva a la espalda y de él sale todo un manjar de jamón, salchichas, pan,  queso, tomates e incluso una botella de vino del Piamonte. En seguida nos enteramos que su situación económica no es muy boyante. 

Isaac es pintor y está firmemente convencido de que tarde o temprano se va a convertir en un artista importante. Así lo cree también su enamorada. Un día se acaba cruzando en su camino un hombre menudo y bien vestido, que responde al nombre de Henri Demelin, que dice trabajar para un rico armador. Demelin, tras ver uno de los trabajos pictóricos de Isaac, le plantea la posibilidad de conocer a su capitán, un hombre exquisito e interesado en su talento, que seguramente le hará ganar mucho dinero. Cómo no, Isaac acepta y se embarca con él, separándose de su enamorada, en lo que supone un simple viaje de unos días. Lo que Isaac desconoce es que Demelin es el médico de una tripulación pirata y que él mismo va a acabar trabajando como pintor de abordo para Jean Manobaja, un ambicioso y singular capitán pirata.



Así dan comienzo las aventuras de Isaac el pirata. Aventuras que le llevaran a conocer mundo y a un buen y variado número de personajes. Por su parte Alice, que espera el regreso de su amado, conoce a un agraciado y noble joven llamado Philippe del Camino Verde que parece bastante interesado en ella.

La serie narra, de forma paralela, por un lado las tribulaciones  de  Isaac y por el otro la vida de Alice lejos de éste, de manera que va creciendo número tras número en el lector la intriga por saber cómo será su reencuentro ( de haberlo, si el señor Blain quiere ) y qué sucederá. 



Christophe Blain, guionista y dibujante, es actualmente uno de los más aclamados nombres de la nouvelle bandé desinée y lo es en gran medida gracias a "Isaac el pirata". Al igual que sucedió con el cine francés de la nouvelle vague, Blain y otros, como por ejemplo Sfar, Trondheim, Bastian Vivès,  han abierto una línea de cómics más experimentales que representan un distanciamiento estilístico respecto a obras canónicas.

Lo primero que llama la atención en "Isaac el pirata" es su dibujo, muy alejado del evidente virtuosismo de la Escuela de Marcinelle o la Escuela de Bruselas. El dibujo de Blain es aparentemente sencillo e irregular, poco definido, casi esbozado. Un dibujo que da la sensación de estar al alcance de cualquiera que domine mínimamente los lápices. Nada más lejano de la verdad, porque a medida que uno avanza en la serie se va introduciendo en su idiosincrasia gráfica, descubriendo su riqueza, su dificultad y, en definitiva, su talento. Eso ha llevado a más de uno a señalar a  Blain como uno de los  mejores dibujantes de cómics de la actualidad francesa. Yo no me atreveré a tanto, pero si a reconocerlo como uno de los mejores y más interesantes narradores que conozco. Un enfant terrible del noveno arte. Su pasmosa facilidad para retratar  los ambientes, atmósferas y  personajes con naturalidad y fuerza, su enorme expresividad, sus recursos de base puramente comiquera para reflejar el movimiento, la inquietud, etc, sus composiciones, sus juegos de luces y sombras,  y  tantas otras cosas, hacen de él un magnífico narrador. En ese sentido Blain es todo un paradigma de la diferencia habida entre un gran ilustrador y un gran dibujante/narrador de cómics. 



Aunque en mi caso me acerqué con cierta reticencia a su dibujo, he de decir que al poco me encontré disfrutando muchísimo con él. Tanto que ahora soy uno más de sus rendidos admiradores. Como decía, el suyo es un dibujo que no enamora a primera vista pero sí que conquista de una forma más especial y duradera que el de otros más convencionales. 

No obstante, también hay que reconocer el enorme valor que tiene en el impacto visual, sobretodo atmosférico,  el color a cargo de Walter & Yuka. Este es uno de esos cómics que no se puede  concebir sin color. El admirable trabajo de Walter & Yuka confiere una vivacidad y energía a las imágenes de Blain que de no tenerlo se me antojaría una obra mutilada cual pirata con garfio. Escenas,  como por ejemplo la contemplación de la  aurora boreal en el segundo álbum, perderían todo su poder de fascinación sin la aportación cromática.  



Por si fuera poco, Blain se revela como un artista muy completo, gobernando con pulso certero un surtido guión que va atrapando al lector cada vez más. Su historia  tiene de  todo. Todo lo que podríamos esperar en una historia de piratas y mucho más.  A lo largo de cinco álbums la narración se va desplegando como si no tuviera fin, en una variedad y riqueza exultante, levemente regida por la sombra de un final o conclusión anticipada, que desde el principio se viene intuyendo: el reencuentro entre Isaac y Alice.

Su galería de personajes es antológica. Desde Isaac, hasta Alice, pasando por Jean el pirata, Demelin el médico, el apuesto Philippe, y el inolvidable Jacques, entre otros, Blain nos presenta a una serie de personajes que no acostumbran a ser predecibles y nunca resultan huecos. Unos personajes con virtudes y defectos, que se mueven según su propia personalidad e intereses, y  que enganchan al lector con su autenticidad. 



"Isaac el pirata" es una clara muestra que una historia no siempre requiere de malos al uso para funcionar. Lo importante es disponer de personajes interesantes que sean capaces de representar para el lector unas situaciones, si bien no siempre enteramente originales si siempre refrescantes, con sabor a nuevo. Ese es uno de los puntos para mí fuertes de esta serie, que el lector no tiene la sensación de estar leyendo algo ya mil veces visto. Al contrario, llega a participar de los deseos, risas, lamentos, y, en definitiva, experiencias, de los personajes de una forma insospechada al principio.


Y es que "Isaac el pirata" ofrece aventuras y emociones a raudales en un sentido amplio. Entre sus páginas encontramos pasión, lujuria, violencia, romanticismo, humor, crudeza, ternura... un cóctel tan complejo que es difícil de describir con un puñado de adjetivos. 

Si queréis paladear un cómic diferente ésta es una excelente opción. Aún así, quedáis advertidos de que seguramente os dejará con ganas de más y ya os expliqué como están las cosas en ese sentido. 



Yo por mi parte agradezco el haber conocido esta  inolvidable serie a todos aquellos que antes que yo hablaron de ella en la blogosfera. Una serie que no sólo resiste la relecturas si no que transmite la rara sensación que se va a disfrutar aún más con cada una de ellas. No creo que deje pasar mucho tiempo para hacerme con otras obras de este estupendo autor, como "Quai d' Orsay" o "Gus". Aún así, espero que al señor Blain algún día le dé por mirar hacía atrás, ver lo que adeuda a Isaac, y saldar su deuda para disfrute nuestro.

Mi valoración: 8'5 ( sobre 10 )