domingo, 25 de mayo de 2014

"JON ROHNER, MARINO" de Alfonso Font


ISBN/ASIN: 9788467454833
Editorial: PLANETA DE AGOSTINI
Fecha de edición: 2008
Número de páginas: 104

Jareth opina...


Cuando en el mundo del cómic se habla de un marino a la prácticamente mayoría de aficionados le viene inmediatamente a la cabeza el inolvidable Corto Maltés de Hugo Pratt, seguramente con la salvedad de  algunos tintinófilos que optarán sin pestañear por el  Capitán Haddock. Eso no significa que no haya otros ilustres marineros del noveno arte que merezcan ser recordados. Sin ir muy lejos, tenemos uno surgido en el cómic nacional  como es Jon Rohner. 

Jon Rohner, aparece por primera vez en los años ochenta de la mano de su autor, el talentoso Alfonso Font, en un intento de revivir a través del cómic  parte  del aroma aventurero y marino de clásicos de la literatura como R. L. Stevenson, Jack London, Herman Melville o, por que no,  Joseph Conrad. Para ello eligió el exótico y fascinante contexto de los Mares del Sur a finales del s. XIX. Un periodo en que la navegación a vela ya había entrado en su crepúsculo pero, por ello mismo, estaba imbuida de un incipiente romanticismo. 


Sin embargo, Jon Rohner no nació de una tacada, si no que fue el fruto de la maduración de un personaje anterior del mismo autor llamado Jann Polynesia que Font creo para su adaptación de "La isla de las voces" de Stevenson y "Las terribles Salomón" de London. Un personaje al que luego encontraría limitaciones y al que haría evolucionar hasta dar con Jon Rohner.

Edición con el nombre ya de Rohner, pese a tratarse del más temprano Jann Polynesia

Las aventuras de Jon Rohner, aparecidas en la revista Cimoc, se encuentran todas ellas reunidas en un integral de Planeta de Agostini, actualmente descatalogado, pero creo que no muy  difícil de encontrar. Precisamente es el que yo tengo y he leído. En total se tratan de siete episodios  que la mayoría de las veces siguen la estructura de una historia corta que el propio Rohner narra a su amigo Tusi-Tala, que significa el narrador de historias en el idioma nativo polinesio,  y que no es otro que Robert Louis Stevenson. De esta manera Font homenajea a su principal fuente de inspiración y se sirve de él para desencadenar o explicar una suerte de aventuras vividas por el marino de su creación.  Esas siete historias son "Mi amigo Tusi-Tala", "Los dientes del tiburón", "La sangre del volcán", "El diablo en el infierno", "El ladrón de almas", "El espíritu de las tinieblas" y, por último, "Los sembradores de estrellas".



En todas ellas Font hace gala de una cuidadísima documentación que dota de verismo a su narración, conjugando con habilidad realidad y ficción de la misma forma que ya lo hiciera  Hugo Pratt. No obstante, y pese a los puntos en común, Font no es Pratt, ni Rohner es Corto. El dibujante de Barcelona, en su condición de guionista, queda a mi parecer  la mayoría de las veces algo por debajo del hálito poético y calado literario del veneciano, al igual que su Rohner no goza del nivel de magnetismo, complejidad, ni insondable encanto  de Corto.  Ello empero no significa que desde un punto de vista no comparativo el resultado logrado no sea notable. Sus virtudes más excelentes son otras, como luego ya comentaré.

Todas las aventuras de Rohner son de una extensión más bien breve pero idónea  para enganchar al lector. Font consigue en muy pocas páginas hacer partícipe al lector de las intensas vivencias y emociones de sus personajes, convidando incluso de forma tangencial a la reflexión. Y es que uno de los motores que de fondo impulsan los hechos son la pintoresca interacción y choque entre dos culturas tan diferentes como la de los nativos polinesios y la de los "hombres blancos".  En este sentido, Font se aproxima al fondo y forma de los "Relatos de los mares del sur" de Jack London, entre los que se encuentran cuentos tan intensos y memorables como "Koolau, el leproso" ( del que, por cierto, hace poco leí la más que digna versión al cómic de Carlos Giménez ).



Pero si hay un aspecto donde Font se erige como un coloso, al que nadie hace sombra, si acaso compañía, es en la  impecable factura visual de su trabajo. "Jon Rohner, marino" es buena muestra de ello. Todo el cómic es una aplastante evidencia de su capacidad para dibujar personajes, de una expresividad y movimientos tal que se dirían vivos, envueltos en unos escenarios de una belleza y autenticidad sin parangón. Su habilidad para combinar con éxito detallismo y dinamismo es admirable. Por si fuera poco el color, que también corre a su cargo, no le va a la zaga. 

En pocas palabras: si le dais un vistazo vais a regalaros la vista  con todas y cada una de sus páginas. 



Por otro lado, y en una clara muestra de conocer los puntos claves del género, Font consigue que sus fondos y paisajes nunca estén "muertos", ni sean un mero decorado. Font comprende a la perfección que en este tipo de relatos la naturaleza es parte activa de las historias de los hombres, y en muchos casos incluso la fuerza que juega a voluntad con su insignificante creación: el hombre. Baste ver como ejemplo uno de sus mejores episodios, "El diablo en el infierno", donde Rohner y los suyos, víctimas de una fuerte tempestad, arribaran en su desarbolada embarcación a un fantasmagórico arrecife de costra magmática que se diría el infierno de Dante. La violencia y fuerza que desprende toda la narración surge tanto de sus actores humanos como de la naturaleza en que se circunscribe la acción, y son de una intensidad tal que no desaparecen rápido de la retina ni mente del lector. 



Además de los guiños biográficos y literarios sembrados a lo largo del cómic, Font en "Los sembradores de estrellas" homenajea entrañablemente a los "Freaks" de Tod Browning ( película mítica de 1932 ) y a John Merrick, el más conocido como "Hombre elefante", para acabar sentenciando en boca de su personaje..."tiene razón, Sra. Stevenson...las peores deformidades del ser humano son precisamente aquellas que no se ven...".

Pero si hay un episodio que a mi parecer destaca sobre los demás, o lo que es lo mismo, el que a mí más me ha gustado, es "La sangre del volcán". Una de esas historias, que recién leída, me apeteció volver a releer antes de continuar con la que le seguía. Simplemente magnífica. Curiosamente, después he descubierto que por ella Font recibió el Premio Haxtur a "Mejor historia corta" en 1990. Y en ella, como curiosidad, también podréis encontrar otro guiño, esta vez menos evidente, o yo diría que menos multitudinario, a "Freaks" de Tod Browning.

El integral contiene también una breve pero interesante introducción de tres páginas, y con algunas fotos, a cargo del propio Font.



Resumiendo. Si os gustan los cómics de aventuras en parajes exóticos, con dosis de violencia, emociones, naturaleza desenfrenada, y que además estén estupendamente escritos y documentados, y ya ni digamos dibujados y coloreados, seguidle la pista a este Jon Rohner hasta dar con él.  Yo por mi parte intentaré hacerme con las historias de Jann Polynesia que desgraciadamente no contiene el integral. 


Mi valoración: 8 sobre 10