lunes, 4 de marzo de 2013

"LAS AVENTURAS DE BLAKE Y MORTIMER: LA MARCA AMARILLA" de Edgar P. Jacobs


Título original: La Marque Jaune
ISBN: 8484311813
Editorial: NORMA EDITORIAL
Fecha de publicación: 1953
Fecha de edición: 2000
Número de páginas: 72


Jareth: A LA SOMBRA DE HERGÉ

En más de una ocasión me he preguntado ¿ por qué reseñar un clásico del cómic ampliamente conocido y reconocido por todos los aficionados al noveno arte cuando hay tantas obras prácticamente desconocidas por comentar ? Sin querer resolver del todo la cuestión,  diré, basándome en mi propia experiencia, que por muy célebres y conocidas que sean muchas de estas obras hay infinidad de aficionados al medio que desgraciadamente nunca las leyeron. Las razones para ello pueden ser muy distintas. Algunos porque directamente nunca se sintieron atraídos por sus propuestas, lo cual me parece perfecto, porque como reza el dicho: para gustos colores, pero también otros  porque nunca las conocieron o nadie reclamó su atención suficientemente sobre ellas. Y es este último punto el que me ha llevado a realizar esta reseña.

Aún teniendo claro que este magnífico clásico de la BD no necesita que nadie  le haga propaganda, y menos aún yo, también tengo claro que las obras importantes nunca tienen excesiva publicidad, y menos en este medio que no es tan querido. Por esa razón he decidido, quizás ingenuamente ( la intención es lo que cuenta, ¿no?), divulgar aún más el prestigio de está formidable obra del noveno arte. Y ¿ por qué está y no otra ? Pues  porque me la descubrió un amigo bloguero, ha sido una de mis últimas lecturas, y, principalmente, porque me ha gustado mucho y considero que os puede gustar a más de uno, en el caso de que acabéis por leerla.

Los que ya la conozcáis tendréis que perdonad el hecho de que sobre ella tan sólo diré cosas tremendamente resabidas pero que, quizás, sean las que acaben de animar a dar el paso definitivo a quienes no la conocen.



"La marca amarilla" es un álbum, de historia autoconclusiva, que pertenece a la serie Las aventuras de Blake y Mortimer. Concretamente es el quinto de la serie, tras la trilogía de "El secreto del Espadón" y el díptico "El misterio de la gran pirámide" y fue publicado en 1953. Su autor completo, el belga Edgar P. Jacobs, fue un importante colaborador del gran Hergé hasta el punto en que trabajó en varios de los  albúms de Tíntin, aún sin aparecer acreditado. Es así, evidente y manifiesto, la destacada influencia que Hergé  tendría en la obra de Jacobs en solitario. Pero sería injusto , y totalmente falso, pensar que Jacobs se dedicó exclusivamente a explotar lo aprendido al lado de Hergé en su propia colección sin explorar más allá, en una andadura más personal.



Si uno mira los dos álbums de "El misterio de la gran piramide"  observa claramente una brillante y bastante fidedigna versión del estilo gráfico de Hergé, que se evidencia sobretodo en los rostros de muchos secundarios.  Eso no quita que el aspecto visual de esta historia en dos álbums sea francamente maravilloso, un ejemplo de laboriosidad y virtuosismo gráfico. Pero como Jacobs, según parece, no quería pasar a la historia como un imitador o simple continuador del estilo gráfico de Hergé  es en "La marca amarilla" donde ya empiezan a concretarse y vislumbrarse ciertas diferencias notables respecto a su maestro. Por un lado, los rostros de los personajes, en general, ganan un aspecto más realista y más personal. Lo mismo sucede con sus figuras que se acercan a un mayor realismo respecto a Hergé, pero que no obstante continúan aferrándose a ciertos principios o señas propias de la línea clara. Por ejemplo, Jacobs sigue cultivando el gusto por las líneas continuadas y depuradas, por la ausencia de sombreados, por los colores de una pieza, y todo aquello que sigue dando a sus cómics una patina clásica, pulcra y preciosista. En este sentido se puede afirmar que su admiración por autores del tipo de Alex Raymond, sumado a su influencia por Hergé, poco a poco van dando lugar a un estilo personal y definido dentro de la línea clara franco-belga. 

El referido distanciamiento no sólo se da a nivel gráfico si no que cuando uno lee un álbum de Blake y Mortimer en seguida comprueba que el tono general es muy distinto al de su precedente Tíntin. 



La realidad es que Jacobs, más amante de la ópera y lo dramático que su maestro y amigo Hergé, se decanta por un tono más serio y adulto de lo aventurero. De esta forma nos encontramos que Blake y Mortimer nunca serán tan "maltratados" por su autor como lo fuera el reportero del tupé amarillo por el suyo.  No al menos de esa forma casi burlona, tan deudora del slapstick cinematográfico, que hiciera tan querido e inolvidable  a Tintin.  Mientras que en Tíntin encontramos un sentido de la aventura juvenil, muy físico, con enormes dosis de humor, en "Blake y Mortimer" encontramos un sentido de la aventura más severo, más cercano a Sherlock Holmes o ciertos prototipos de la novela de intriga. 

En ese sentido "La marca amarilla" es un perfecto ejemplo de ese tono diferencial, en este caso incluso sombrío, dado que gran parte de los acontecimientos se dan durante la noche o en espacios cerrados.

Es verdad que todo y su pretendida "seriedad" o "realismo", más alejado de derroteros humorísticos,  nunca llegamos a suponer a ninguno de los protagonistas en verdadero peligro. De hecho, en prácticamente ninguna serie del género, y menos clásica, lo hacemos. Pero sí que es cierto que por el tono general de la obra nos resulta más convincente el peligro que puede acechar a Blake y Mortimer que el que pueda acechar a Tintin. Y no vaya nadie a confundirse, porque ésto no es una crítica o ensalzamiento de uno u otro tono, si no tan sólo la rubricación de esa diferencia. 




Uno de los aspectos que sí mantiene Jacobs de Hergé, admirablemente además, es su dedicación por la documentación. 

Para realizar "La marca amarilla", Jacobs se trasladó a Londres, donde está ambientada la historia, para documentarse y realizar fotografías de muchas de las localizaciones que a la postre aparecerían perfectamente retratadas en las viñetas. 

El álbum se inicia majestuosamente con una esplendida muestra de este trabajo. 



Acaban de dar la una de la madrugada y el Londres de los años 50 dormita en la oscuridad bajo una intensa lluvia. Pero no todo el mundo descansa en esa desapacible noche. La guardia real, encargada de vigilar todos los recovecos de la magnífica fortaleza de la Torre de Londres, se encuentra ocupada en su habitual labor cuando de repente hay un apagón. La cosa se complica, y la noche se torna más desapacible, cuando comprueban que ¡ han robado la Corona Imperial !

Uno de los guardias no tarda en descubrir, desafiantemente colocada en la puerta de acero de la estancia, una marca amarilla que indica la autoría de tan audaz robo. Pronto conocemos que en las últimas semanas se han producido una serie de crímenes, a cual más sorprendente, perpetrados por alguien a quién la prensa a dado a llamar, a tenor de su tarjeta de visita, como la marca amarilla. Evidentemente, las fechorías del misterioso malhechor han puesto en jaque a Scotland Yard y es aquí donde entra el dúo protagonista compuesto por el capitán del MI5 Francis Blake y el profesor escocés Philip Mortimer.  



De esta forma tan prometedora da comienzo esta aventura plagada de intriga, misterio, acción y sorpresas que, curiosamente, deriva a derroteros que nos recuerdan a la obra de  H.G Wells.

Jacobs consigue conducir firme y hábilmente al lector hasta una resolución final que si no completamente sorprendente si que está bien elaborada, y que ha dejado, a su paso, un buen número de estupendas escenas como, por ejemplo, la persecución en los muelles de Londres. 

Por otro lado, la amenaza conocida como La marca amarilla exigirá el máximo esfuerzo a todos los niveles por parte del dúo protagonista. Sus increíbles habilidades y proezas traerán de cabeza a más de uno, y no me refiero únicamente a los desbordados agentes del Yard. 

Y como no quiero ahondar en más aspectos o comentarios acerca de la trama que puedan incidir en una primera lectura, si queréis saber más del argumento tendréis que probar por cuenta propia.



Sin embargo, si diré que Jacobs emplea para la narración un estilo bastante clásico que puede pesar a según que tipo de lector. Sobretodo a aquel más perezoso y poco amigo de los textos de apoyo densos y extensos. 

Y es que el autor belga, peca de un estilo sumamente literario que si bien está conseguido en sus textos y tono, se vuelve redundante cuando se dedica poco más o menos que a narrar por escrito aquello que ya estamos viendo. Le sucede algo similar  al "Flash Gordon" de Alex Raymond, o a aquellos cómics más clásicos, que no conscientes de su capacidad narrativa puramente gráfica se reforzaban con estos textos innecesarios.

Pero bueno, que nadie vaya a alarmarse porque esta característica de la serie es pecata minuta en comparación con lo que ofrece y puede que incluso sea del gusto de algunos lectores. 



Visto en líneas generales "La marca amarilla" es un cómic realmente estupendo, donde Jacobs se revela como un autor completo, en la línea de Hergé, al ocuparse tanto del dibujo como del guión y trama. Toda una joya de orfebrería y muestra del buen hacer y la más elevada elegancia de la BD clásica. 

Se da la anécdota curiosa, e incluso simpática, que después del viaje a Londres con objeto de sacar fotos y documentarse para la historia, Jacobs se encontró con que su aventura le llevaba a desarrollar una importante escena en el puerto y ¡ no había hecho fotos ni tomado notas del puerto fluvial de Londres ! Pero bueno, la valúa de un autor se mide también por su capacidad para sortear imprevistos como éste, así que Jacobs se fue al puerto fluvial de Bruselas para salvar el problema y el resultado fue francamente satisfactorio. 



Para aquellos, que no conociéndola, os decidáis por probar con un álbum de la serie os recomiendo éste. No soy un experto en ella; de hecho sólo he leído hasta el momento tres de sus álbums; pero pienso que es la mejor opción  por la sencilla razón de que es una obra unitaria ( no como otras de la serie), que se resuelve en un sólo álbum y donde parece ser que Jacobs alcanza unas cotas de calidad que lo han llevado a ser considerado por muchos como su mejor álbum. Mejor probar lo mejor de la oferta para saber si nos merece la pena continuar con ella, ¿no?

No quisiera terminar esta entrada sin dedicársela al amigo Olrik, que fue quien me "descubrió"  esta estupenda serie. De la misma forma que él hizo conmigo, espero que este humilde texto, y sobretodo las arrebatadoras imágenes del trabajo de Jacobs que lo acompañan,  sirvan para animar a otros a conocer las peripecias comiqueras de este par de aventureros.

Olrik, ya he pasado el testigo.


Mi valoración: 8'5 ( sobre 10 )




...Y como es habitual en el blog os dejo un vídeo relacionado con la entrada. En este caso una exposición dedicada al trabajo de Jacobs en "Blake and Mortimer" y que demuestra que su obra sigue gozando de un increíble interés por parte del aficionado. 




7 comentarios:

  1. Me alegro que te haya gustado la reseña, Olrik. Y sí, he pecado un poco de atrevido, aún partiendo de la base que nada nuevo podía aportar sobre este clásico más allá del entusiasmo que me ha despertado. Buena culpa tienes tu de ello!! je,je

    La verdad es que estaba por extenderme más pero he optado por no hacerlo para no revelar detalles que pudieran estropearle la lectura a los "noveles" en la serie.

    Saludos desde dentro del laberinto!!

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  2. ...Por cierto, la edición de Norma, que es la que yo tengo está francamente bien. Como apuntas, su mayor tamaño es un lujazo para apreciar mejor la pulcritud y belleza del trabajo de Jacobs. Vamos, que es una comprar imprescindible para cualquier tebeoteca, sobretodo si uno gusta de la BD.

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  3. Ya me dirás que tal la comparación entre ambas ediciones. A mí la de Norma me parece muy buena, pero claro desconozco la de Grijalbo y su color.

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  4. Importante el dato que apuntas sobre que es una obra unitaria, al menos para los neófitos que desconocemos en profundidad el mundillo del 9º arte pero nos dejamos influenciar por opiniones contrastadas a la hora de escoger un cómic cualquiera (ese es mi caso, aunque a veces elijo al azar un volumen simplemente porque me gusta la portada o porque me atrae la sinopsis, pero también porque me suena el autor de algún comentario leído en algún sitio o simplemente porque leo una buena reseña en un blog tan bien trabajado como este...); bueno, que me has hecho recordar algunos rincones que viví en situ hace unos años en esa fascinante ciudad que es Londres e igual si me cruzo con alguna aventura de Blake & Mortimer (esta marca amarilla a ser posible, con su 'escapista' y todo) en las estanterías de alguna biblioteca me lo pillo...
    Por cierto, a simple vista, este Edgar P. Jacobs me parece así de entrada mucho más oscuro (supongo que por el desarrollo nocturno de la acción), mas serio (esta es una percepción en la que no creo ir desencaminado), que Hergé, ¿no?, la sensación que tengo observando las viñetas es que es un tipo de aventura más adulta que la del niño del tupé.

    Saludos.-

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    2. Si es más serio, de hecho, no hay gags ni humor, cosa que yo personalmente encuentro a faltar, hay un humor muy sutil en todo caso.. Más oscuro también puede ser, desde luego más adulto, no engancharía a un niño sobretodo por las parrafadas que lleva.

      Gracias por el enlace, leído.. Sobre este tema hay un libro muy completo, titulado "Hergé" de Pierre Assouline, una de las pocas biografías independientes, ahí esta todo para quién le interese.

      Un saludo Krust

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  5. Casualidades de la vida, navego por la imprescindible página cultural de JOT DOWN y me encuentro esto. En serio, Olrik y Jareth, no os perdáis este enlace!!!

    http://www.jotdown.es/2013/03/enric-gonzalez-la-construccion-de-un-hombre/

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